DE CITAS Y AMORES: TINDER TE AVISA "TE TOCA"


No sé si a través de Tinder encontraré un próximo amor, lo qu
e sí creo es que me convoca a la reflexión y a la escritura, así que tal vez Tinder me dé un próximo libro. Tal vez...

Una aplicación se citas no es una aplicación de lazos, menos aún de vínculos. Pero, en todo caso, una aplicación es sólo una muestra del mundo actual y sus cambios de paradigmas, entre ellos, el del amor.

Y creo que hay generaciones que sucumbieron más fatalmente al vaciamiento de los sentidos de creencias previas, y se quedaron a mitad de camino, haciendo equilibrio, algo perdidos, portando máscaras que revelan, apenas se raspa un poquito, una gran desorientación. No son los jóvenes, desde ya.

Tantas veces mi perro es testigo de mis carcajadas al encontrarme con fotos de señores, ya entrados en años y vivencias (como yo) que muestran una moto atrás, un avión, una mascota, un niño, la foto con el celular en el ascensor ( esa es Top 1), en el gimnasio, los abdominales a fuerza de mucha ensalada, los pies (porsi sos fetichista), tocando la guitarra. A veces, con esos pensamientos malintencionados que cada tanto me tocan el hombro, creo que la moto, la mascota, el pibe y la guitarra son del vecino del quinto A o de la Planta baja, y la foto con el avioncito es de la Fiesta de Fin de año en la quinta del Ceo de la empresa. Sí, lo admito, a veces soy muy mal pensada.

¿Qué diría Cortázar del amor en Tinder (o cualquiera de estas aplicaciones) retomando su idea de Rayuela de que en el amor no se elige primero, porque el amor es un rayo que te estaquea y te deja tirado en el medio del patio, o algo así? Acá se elige, y sin vivencia de pérdida, que es lo más complicado. 

Quiero decir que desde el momento en que estamos frente a una góndola de personas, y vos con tu dedito apretás el corazón o la cruz, elegís y llenás el changuito de Chocolinas, Coquitas, Melitas, Quesitas, y probablemente alguna de esas personas (no olvidemos este detalle, son personas) también aprete el corazoncito cuando vea tu foto. Y cuando eso ocurre ¡un match, iupiiii!, preparate porque viene lo mejor. AVISO: personas con autoestima muy baja abstenerse. El señor de la guitarra te manda un corazoncito; a vos te sorprende como inicio de diálogo pero bue, parece que hay que hacer de cuenta que eso es un saludo. Le ponés "Cómo estás Fulanito?" (lo nombrás, como el Dios del paradigma anterior mandaba), y te responde "Hola, muy bien". Cri cri. Cri cri. Nada de "¿y vos?", parece que esperar eso es de tóxica. 

Entonces ahí queda el diálogo, porque ni pienso remarla con el que no se acuerda si soy la Chocolina o la Melita. Fin de la historieta, difícilmente algo así llegue al estatuto de Historia.

Pero acá viene lo interesante: Tinder y su inteligencia te avisa, todo en mayúsculas, "TE TOCA". Y ahí ya no dialogo con el señor que manda corazoncitos mientras se tira besos al espejo sino con la maquinita Tinder: ¿pero estás loca? ¿qué me toca? ¿por qué voy a armar un diálogo donde solo hay monólogo autoerótico? Lo hice a los veintipico, pero ¿ahora? Naaaaaa.

Y ahí le hago pito catalán a Tinder, y le digo que no entiende de los vínculos entre 2 si me pide que omita el desinterés inicial, la pregunta "¿y vos?"

Es que además, debo confesarlo, en el fondo soy cortazariana y algo ricotera "Si no hay un "¿y vos?" que no haya nada.


Lic. DÉBORA BLANCA 

Directora de Lazos en juego 

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