Año 1975 Luces y sobras de un carnaval

 Por Silvia Sisto

                   “Dame un mapa de tu amor, dame que quiero encontrar tu corazón”  Spinetta

 

Ella vivía con su familia,  padres y hermana, en una casa muy humilde en el conurbano bonaerense. Calle de tierra. Olor a kerosene. Año 75. Los carnavales eran muy esperados,  jugaban con agua. Por la noche en el Club Social y Deportivo Dignidad, donde su padre era el presidente, había baile. Elección de reina. Mucho juego con espuma. Pero ella no quería ir porque como tenía 14 años su padre no la dejaba bailar!!  Su madre modista, le hacía una ropa increíble. Fueron muy elogiados unos pantalones piel de durazno color verdeagua, que ella rompió al caerse un día. Siempre se estaba cayendo, tropezaba, resbalaba, perdía el equilibrio de nada. Pero siempre se levantaba y seguía. 

Odiaba esa situación. Además nadie se animaba a sacarla a bailar.

Su padre era el presidente del club.

Una de esas noches todos bailando y ella ahí, harta de su padre y sus represiones, miró hacia la entrada; la escena transcurre en una cancha de fútbol , con mesitas y luces de colores, niños corriendo y música; la madre con las mujeres, el padre con la comisión directiva, la  hermana corriendo con los pibes y ella..lo vio entrar. Y se dijo: “este no sabe nada de mi”.

Los jazmines del paredón del club un poco la embriagaron y le dieron fuerza.

Como estaba sola y parece que era una jovencita muy bella, él la vio al toque. Su mirada la encendió, así que acomodo su postura y su top de raso color rosa pálido.

Corrió su pelo largo para atrás y sus hombros se mostraron. 

Él, empezó a ir hacia ella ...sonaba Elvis.

Él tendría unos 20 años y andaba solo.

La sacó a bailar, ella no pensó en nada ni en nadie cuando la mano de él, se extendió hacia ella , tomó una bocanada de jazmines y salió…

Bailaron  y se miramos y se rozaron todo lo que pudieron hasta que llegaron los lentos...y ahí ella, sintió el sexo de él, en su pantalón piel de durazno.

Pasó la tanda y la beso en el hombro casi con un suspiro y se fue ...

Y de pronto miro y su padre estaba al borde de la pista cruzado de brazos. ¡Furioso! junto a la comisión directiva. Alguien había ido con el cuento...

Su padre no le habló por un mes. Dijo que ella arruinó su ilusión, porque tenía que ser con él, el vals de los 15, su primer baile! Y faltaba tan poco. ¡Cómo no espero!??

Su madre la castigó con algo…

El  baile con el desconocido, quedó en la sombra, como el fantasma de una salida posible a la opresión.

Lo cierto también, es que el erotismo se presentó con fuerza.

Un huracán almodovariano se instaló en su pecho

Afuera hay otros mundos y desde ahí a la universidad, a la militancia, al sexo, a la vida… hubo un solo salto.

A ese joven nunca más lo vio… y un día se dio cuenta, que hay salidas que solo son encierros…

Al año siguiente ya no habría carnavales, la dictadura había caído como una sombra sobre las noches de carnaval, sobre los jóvenes, los clubes, la vida…

Pero un mapa de amor había comenzado a trazarse, un recorrido por la piel, un cuerpo atravesado por una mirada. Una desobediencia. Un castigo. Rebeldías

Año 2024..los carnavales fueron cercenados una vez mas, pero lo carnavalesco siempre estará en ella, en la cultura.

Hoy un  nieto se disfraza en el patio, como ella de pequeña. …

Hoy acompaña a una nieta a reencontrarse con su abuela

El amor es compañero y compartido, el mapa traza rutas impensadas




Silvia es Lic. en psicología- UBA. Psicoanalista. Psicodramatista
Docente en seminarios, talleres y ateneos.
Ha publicado la mayoría de sus artículos en la revista Psyche Navegante, Imago Agenda y Página12
Autora de “Los niños nos enseñan a psicoanalizar” (2013, Odisea 2001). Y coautora de Desarraigos Villeros
sistosil@gmail.com

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