"El corazón al ritmo de la Tierra" & "Algunas reflexiones sensibles sobre el cuidado y la inteligencia cordial" - (Reflexiones y compilación por Leo J. Laguna)
“El corazón al ritmo de la tierra”
"Cuando yo tenía ocho o nueve
años de edad, estaba en el huerto, un lugar que me gusta mucho, y allá estaba
también una bonita yegua salvaje que le habían regalado a mi hermano. Ella
comía maíz mientras yo limpiaba el huerto con un rastrillo. Mientras la yegua
roía las mazorcas, pasé el rastrillo cerca y sin querer la asusté. Ella me dio
una parada bien dada, en la boca del estómago, y me hizo volar unos tres
metros. Yo no podía respirar, pero me recuperé enseguida. Y allí, de una manera
totalmente atemporal, como si fuese un rayo, aprendí una lección sobre los
límites y al mismo tiempo comprendí que nosotros podemos actuar en el mundo.
Fue una revelación que me llegó como un mantra: 'Sí, nosotros podemos mucho, pero
no todo'. Una enseñanza recibida en fricción con la naturaleza.
Esa libertad que tuve en la
infancia, de vivir en conexión con todo aquello que percibimos como naturaleza, me
permitió entender que yo también soy parte de la naturaleza. Entonces,
el primer regalo que me dio esa libertad fue poder confundirme con la
naturaleza en un sentido amplio, entender que yo soy una extensión de todo y
tener esa experiencia del sujeto colectivo. Se trata de sentir la vida
en los otros seres, en un árbol, en una montaña, en un pez, en un pájaro, e
involucrarme con eso. La presencia de los otros seres no sólo se suma al
paisaje del lugar que habito, además modifica el mundo. Esa potencia de
percibirnos como seres que pertenecen a un todo y pueden modificar el mundo
podría ser una buena idea de educación. (...)
Las niñas y los niños indígenas no
son educados, sino orientados. No aprenden a ser vencedores, porque para que
unos venzan otros tienen que perder. Aprenden a compartir el lugar donde viven
y lo que tienen para comer. Tienen como ejemplo una vida en la cual el
individuo no cuenta tanto como lo colectivo. Ese es el misterio indígena, un
legado ancestral que pasa de generación en generación. Lo que nuestros niños y
niñas aprenden desde muy temprano es a poner el corazón al ritmo de la
tierra."
Ailton
Krenak: Futuro Ancestral. Taurus, 2024
Ailton Krenak es un escritor y poeta brasilero, ha realizado importantes contribuciones y reflexiones acerca de la ecología, el cuidado del planeta, la sabiduría tradicional de los pueblos originarios. Ha realizado estudios interdisciplinarios entre la antropología y las prácticas chamánicas.
El cuidado es una noción muy
importante que ha sido trabajada tanto por la filosofía y por la psicología y
ciencias humanas. Como hemos vislumbrado en los desarrollos filosóficos el
“cuidado” es una noción muy antigua que está emparentada con el “Conocimiento”
de sí. La famosa frase del oráculo de Delfos tan renombrada y citada por varias
filosofías “Conócete a ti mismo”. El conocer va unido a la noción de “cuidado
de sí”. Para conocerse hay que cuidar de los aspectos vitales personales, de
uno/a y de los otrxs, un cultivar los asuntos de la existencia, alojar nuestra
presencia, y la de lxs demás.
El cuidado remite necesariamente a
la existencia humana, es condición primitiva, surge de lo profundo de cada ser,
para seguir conservando la vida en un conjunto de actos conscientes para ser.
Conlleva el compromiso moral y ético, la conciencia, la voluntad, el
conocimiento de sí misma (o) y como cuidadora (or) del ser y de ese otro ser en
el mundo en una relación de alteridad vincular con el/la semejante.
La noción de Dasein es una expresión
alemana que significa "ser- ahí",
"aquí", "allí", Heidegger, un filósofo del
siglo XX muy relevante desde la fenomenología existenciaria, utiliza esta expresión para comprender la continuidad de la existencia humana, ser en
el mundo, ser uno mismo, es la conciencia que determina al ser a través de la
continuidad en el tiempo y en el espacio, es la existencia de sí, es estar ahí…
Ser – cuidado y Tiempo se encuentran ligados, intrincados en la maya de la
existencia.
En el proceso de reflexión el ser humano está vigilante siempre por su propia vida, mediante el cuidado de ella,
para satisfacer sus necesidades básicas pero también las superiores. El ser
humano está inserto en un mundo y no se puede concebir fuera de él, todo esto
según Heidegger implica cuidado.
Heidegger refiere que el cuidado,
cure o Sorge -en alemán-, significa "cuidar de" y "velar
por", al cuidado de las cosas y al cuidado de otros. Así mismo, significa
inquietud, preocupación, alarma y en el sentido más amplio es un desvelo por
"sí mismo", por asumir el destino como un interés existencial, no
intelectual. El curarse de algo y el procurar por otros son manifestaciones de
la cura e implica un hacer con un fin previsto que se expresa en la praxis,
manifestación existencial del cuidado. Si no fuera por esta función primordial existencial no hubiésemos sobrevivido como especie a lo largo del tiempo, no hubiéramos desarrollado técnica y cultura.
Por otro lado desde la antropología Margaret Mead -una antropóloga muy renombrada-, se expresa en relación a lo que considera el surgimiento de la humanidad, siempre a partir del
cuidado como noción fundamental de existencia humana. Dice Margaret Mead en una
entrevista “en el reino animal, si te rompes una pierna, irremediablemente mueres.
No puedes huir del peligro, ir al río a beber, ni buscar comida, y te
conviertes en una presa fácil. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el
tiempo suficiente para que el hueso sane. Por ello, un fémur roto, que se ha
curado, es la prueba de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con la
persona accidentada, le ha vendado la herida, la ha llevado a un lugar seguro y
la ha ayudado a recuperarse. Ayudar y cuidar a alguien cuando tiene
dificultades es el momento en que comienza la civilización”.
A otro nivel el cuidado conlleva también una
perspectiva psicológica y social. El cuidado se despliega en un campo de fenómenos que brinden un ambiente facilitador, un
entramado vincular de sostén para el desarrollo subjetivo y cultural de personas y del colectivo Esta
perspectiva se entrama por ejemplo en los desarrollos del psicoanalista inglés D. Winnicott que menciona la importancia del sostén y del ambiente facilitador como bases de la continuidad existencial del sujeto y de un sano desarrollo mental y emocional para compartir en el entramado social cultural de manera creadora.
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Entre
el Cuidado necesario, la Inteligencia sensible y cordial
Algunas
ideas y reflexiones acerca de la noción de cuidado y sensibilidad en la obra de
L. Boff.
El
concepto de cuidado para el autor Leo Boff es aplicado a la realidad actual del planeta. Despliega una
ética sensible que involucra a las personas que habitan la tierra. El enfoque
que contienen las ideas de Boff es inter y multidisciplinar. Reúne teología de
la liberación, filosofía, ética – estética, antropología, psicología, ecología,
ecosofía, etc. Boff dialoga con la
física, la biología y la astronomía para dar cuenta de que el cuidado aparece
en las relaciones evolutivas. La materia se ha plegado sobre sí y habría
facilitado a través de transformaciones diversas a lo largo del tiempo, la
aparición y la diversidad de la vida. Y luego, a través del cuidado, la
aparición de los seres. Dicho eso, para Boff, el cuidado es comprendido y
atravesado como una fuerza vital, una disponibilidad de conatos o voluntad
vital, como la condición de caldo fecundo para que la vida fluya.
El
filósofo brasileño, entiende a la comprensión del ser humano como “portador de
un cuidado esencial”, que conlleva “el sentido relacional de la vida. El
cuidado es vital y perteneciente a la definición de lo humano,
llegando a afirmar que “hablar del ser humano sin hablar del cuidado no es
hablar del ser humano”.
El
desarrollo de la argumentación de Boff se halla ligada a la filosofía de Heidegger.
Una perspectiva ontológico-sensible del ser. Cuidar vendría siendo un acto
ontológico fundamental y primordial, en la medida en que lo que se cuida es la
vida, la existencia, al existente. “Cuidar
del tiempo que nos es dado vivir, aceptar su fugacidad y superar la
preocupación por lo relativo y lo posible”, permite aceptar que parte de la
vida es también la muerte. El cuidado
consiste en acoger la fragilidad de la vida y gracias a ello es posible siempre
vivirla de forma alegre”. L. Boff.
Boff
presenta el cuidado como paradigma, esto es como un nuevo modo de habitar y
estar siendo en la Tierra. Su tesis es que el cuidado, el sostén constituyen
“los dos pilares estructuradores de la nueva civilización que ha de venir”
Dentro del paradigma del cuidado se encuentra un
entramado en espiral con varias ideas a la que el autor ya ha hecho referencia
a lo largo de sus obras. Así el cuidado se entrama con el rescate de la razón
cordial, o la inteligencia sensible, que aspira a equilibrar el logos occidental
con el afecto sensible, la vitalidad, la espiritualidad, incluso las
experiencias de dolor que resinifican la vida.
Así mismo su interés prosigue en entender la prioridad de “refundar el
pacto natural” es decir re-ligarnos con la Tierra en cuanto organismo viviente.
Compartir entre toda una conexión con la Casa Común para construir una ética
social afectiva, y una “democracia socio-cósmica”. En la misma línea Boff
reflexiona sobre los Derechos Humanos que se hallan en concordancia con los Derechos
de la Madre Tierra. El nuevo paradigma
nos exige reaprender varias aptitudes, pluralidad de saberes, como los
transmitidos por los pueblos originarios, sus artes de salud, su vida en
sociedad, sus cosmogonías. La noción de Suma Qamaña, el buen vivir.
La necesidad de profundizar en una ecología interior, y una ecosofía integral.
Un saber hacer sabio sobre la vida. Otras ideas que rescata Boff son las de
ecosofía del filósofo F. Guattari, las ideas de O. Wilson sobre la biofilia,
entendida como “el cuidado amoroso hacia todas las formas de vida, hoy
amenazadas”. También en la obra acerca
de la inteligencia cordial trae las ideas de Winnicott sobre el cuidado y
función del sostén como funciones primarias de la actividad humana, esenciales
para la ligazón afectiva, la ética, el desarrollo de la cultura en todos los
aspectos, la creatividad y la dignidad humana.
El
cuidado y la preocupación existencial es vista en tres esferas: El cuidado a uno
mismo, a los otros, la Tierra y todas sus formas de vida y ecosistemas. Las tres esferas presentan el cuidado desde la
preocupación, la prevención y la precaución. “Cuidar de la Tierra es principalmente cuidar su integridad y vitalidad.
Es no permitir que una zona bioclimática o una vasta región se degraden por
entero y entren en un proceso de caos destructor […] Cuidar de la Tierra es
cuidar su mejor producción, que somos nosotros, los seres humanos. […] Cuidar
de la Tierra es, finalmente, cuidar de nosotros mismos, pues somos Tierra que
siente, piensa, ama, cuida, venera, y se siente portadora del misterio del
universo”…
Asumir
el nuevo paradigma del cuidado conlleva una reconstrucción del yo, de la
integridad y transformación del cuerpo, la psiquis, los vínculos y relaciones
sociales. También implica transformar la
actividad de producción de la sociedad y distribución de bienes. Incluso para
Boff, que es teólogo, trae la mención de es vivir una nueva espiritualidad, que
requiere superar la concepción de la religión, y ciertas formas de mandatos
religiosos. Boff se muestra desde un
lugar un lugar más holístico y no doctrinario.
Su idea de vitalidad, trascendencia, ética, cuidado, espiritualidad se
entraman y no están separadas de su idea de Salud. Para Boff, la salud consiste en un equilibrio
de cuerpo, mente, espíritu y naturaleza. Esta última dimensión en general
olvidada es la que posee la fuerza de transformarlo todo y requiere ser bien
comprendida. No se trata del medio ambiente del discurso ecológico
convencional, sino de la naturaleza como vida, fenómeno integral y palpitante, que
todo lo sustenta, vivifica y ordena. “La
naturaleza es el conjunto de las energías, es la organización de la complejidad
de la materia, son los factores físicos-químicos-ecológicos que articulados
entre sí dan sustento a la vida”. El
cuidado necesario es un insumo para construir una sociedad donde las
relaciones humanas se establezcan como una fuerza curativa, un profundo llamado
a la esperanza planificada, al sueño de un futuro distinto que podemos
construir entre todas y todos.
*Leonardo Boff, *“El cuidado necesario" Ed.
Trotta, Madrid, año 2012.
*”Los Derechos del Corazón – La Inteligencia
Cordial”. Ed. Trotta, Madrid, año 2015.
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