¿El irreversible camino a la conciencia o las eternas
preguntas?
Un camino plagado de epifanías y golpes bajos, donde cada
momento supera al anterior en una revelación mayor y nos permite una mirada más
amplia de lo que vivimos. Un presente que se resuelve en pasado, donde lo que
pasó nos muestra de una manera no muy amable (a veces) lo que fuimos. Lo que
somos dependerá de futuras decisiones.
Pero entramos en el peligroso terreno de las epifanías. Y
si, ahora todo cobra sentido y sin embargo aparece la tentación de pensar que
las cosas podrían haber sido de otra manera.
Y si. En un universo cuántico existen otros planos en que
las realidades sean otras, pero en este y con esto que somos, la vida es lo que
es a cada paso, de esta manera que vamos eligiendo y cada elección es la única
posibilidad de nuestra frecuencia.
Nuestra mente se debate entre pasados y futuros posibles y
lo que paso sigue siendo en un plano mental que arrastramos y reproducimos. Y
el futuro no llega, porque está allá, lejos, siempre lejos. Y si miramos atrás
vemos que no éramos quienes creíamos, ¿entonces? ¿A quién estábamos mirando en
esta infinita galería de espejos? ¿Por qué pretendemos ser uno y no todos los
personajes que se agolpan en nuestra cabeza?
Y así, en esta interpretación de nosotros mismos que se va
construyendo individual y colectivamente, generamos el carácter de la realidad
en que vivimos.
La responsabilidad es nuestra y este nosotros es singular y
plural. Pensar en esto nos lleva a una encrucijada en la zona más pintoresca de
nuestra doble moral y ahí la dualidad triunfa, aunque por momentos, decidimos
aceptarnos y mostrar nuestras vergüenzas en la completa imperfección de lo que
somos y paradójicamente nos liberamos.
Aunque las preguntas son eternas.
¿Quiénes seriamos sin la necesidad de movernos en este
sinuoso camino entre justificaciones y condenas? ¿Qué decisiones tomaríamos?
¿Qué miradas nos permitiríamos?
¿Qué nos define? ¿Qué verdades ajenas tomamos como propias? ¿Somos
capaces de gestar nuestras propias verdades?
¿Nos dejamos definir?
La verdad es que sí.
¿Quiénes somos si nadie nos nombra?
Erika Peters
Érika Peters, es escritora, poeta, desde lo sutil del lenguaje llega a
sondear variados recorridos del alma humana. Ella también es Especialista en
Arte y Clínica Corporal, por el Instituto de la Máscara de Buenos Aires. Se
dedica -además de la poesía, a la labor de terapeuta energética, desde un
enfoque integral. 💙💞
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