"Reflexiones de una Eutonista acerca del Tono vital en tiempos electorales" Por Susana Kesselman

 

**  "Reflexiones de una eutonista acerca del tono vital en tiempos preelectorales” Susana Kesselman.

           

                                                                                      Para Kiné, "La Revista de lo Corporal". Ed. 168. 



 


 

      Daño en el tono vital, ofensa a tu sensibilidad... 

....Ya no se trata sólo del panóptico, de ese gran ojo que contempla y de este modo controla las acciones y los pensamientos humanos Ya no se trata solo de la dialéctica amo y esclavo, con sus variantes a lo largo del tiempo, aún con los cambios de configuración. No se trata solo de los castigos, la represión salvaje. No se trata solo de los misiles sin rostro, que matan a la distancia poblaciones enteras. Sin embargo, se trata de todo esto. ¿Es posible fotografiar el paisaje que condiciona la tormenta, captar el clima, el remolino que se genera alrededor de los cuerpos, los misiles verbales que penetran sin rostro pero con rastro en los cuerpos? Para este concepto me inspiro en el de daño psicológico El daño psicológico es una infección social que ataca la personalidad de cada sujeto Produciendo efectos en su modo de ser y en su modo de estar en el mundo Se naturaliza lo que debe ser excepcional Los psicofisiólogos definen el tono como la actividad de un músculo en reposo, aparente. Esta definición señala que el músculo está siempre en actividad, aun cuando ellos no se traduzcan en desplazamientos ni en gestos. En este caso no se trata de la actividad motriz, en el sentido acostumbrado de la palabra, sino de una manifestación de la función tónica. Esta función tónica tiene la particularidad de regular la actividad permanente del músculo que condiciona nuestra postura y hace que la musculatura del cuerpo esté preparada para responder prontamente a las múltiples demandas de la vida. Los estados y cambios emocionales, así como la angustia o la alegría, las diversas formas de excitación, el agotamiento físico, psíquico, las depresiones, están en íntima relación con el tono. Como decía Gerda Alexander, desde la eutonía.

 El tono, como lo considero en mi práctica de la eutonía, es un tono en red, donde lo corporal, lo mental, lo emocional, lo sensorial, lo verbal, se entrelazan de maneras diversas. La creadora de la eutonía, Gerda Alexander, nos da pistas de ese tono en red."

Es imprescindible volver a interrogar qué se entiende por ética de la cura y qué es salud y calidad de vida Y no sólo cuando se está dispuesto a luchar por conseguirla sino también con qué y cuánto pagar para acceder y sostenerla.

Ante el exceso de estímulos, no defenderse es peligroso. Defenderse en exceso también lo es. Actitudes de gran exposición o de extremo repliegue dañan nuestro tono vital. Ese daño designa una herida en la tonicidad neuromuscular, un deterioro del vigor, un menoscabo en el deseo de vivir, una disminución en la disposición para dejarse afectar y poder reaccionar. Produce silencio en la sensibilidad.

Bocetando ideas Daño en el tono vital designa una herida en la tonicidad, un deterioro del vigor, un menoscabo del deseo de vivir, una disminución en la disposición natural que cada persona tiene para dejarse afectar y poder reaccionar. Fenómenos sin nombre y con frecuencia inadvertidos para los umbrales perceptivos singulares y sociales por tal razón con el concepto de daño en el tono vital intento nombrar e investigar una serie de fenómenos que afectan la tonicidad la sensibilidad de las personas a su vida afectiva, a su alegría.



Lo micro-biopolítico.

 La biopolítica recorta un territorio existencial orientado a observar, detectar, arrojar luz sobre los modos como el poder, no sólo el poder político, sino también el poder en la familia, en las instituciones donde nos formamos y deformamos disciplinariamente y en otros estamentos sociales. Nos afecta. Un afectarse que se detecta en el plano de las ideas, de los vínculos, de las acciones, de las afecciones y los afectos. Nuestra tarea como trabajadores de lo corporal nos permite indagar en los cuerpos las incidencias del ejercicio de este poder que adopta diferentes formas. Disfraces en el transcurso del tiempo El mundo de lo micro es un recorte en el campo de la biopolítica, un segmento que pone el lente en las pequeñas percepciones en el mundo de la sensibilidad, en lo que se palpa, en lo que se registra, a través de los sentidos, Incluso en el mundo de lo imperceptible, si bien las prácticas corporales nos proporcionan recursos para un conocer sensible de las personas, de los cuerpos, no siempre las utilizamos como herramientas para un saber micro-biopolítico.

Perceptos y afectos como estados que parten de percepciones y afecciones. 

El mundo de lo micro jerarquiza las percepciones, la vida emocional, los afectos, pero estos en sí mismos no pasarían de ser experiencias singulares, vivencias. Gilles Deleuze encuentra una formulación esclarecedora. Los perceptos, según el filósofo, no se refieren a las percepciones de un perceptor, sino a estados perceptivos independientes de quien tuvo la percepción. En todo caso, quien percibió pudo expresarlo de tal modo que produjo un efecto multiplicador de resonancias en quienes no han registrado tal percepción. Este debería ser uno de los ejes de nuestros trabajos corporales, algo que a veces no sucede, porque en ellos se fomenta la expresión de la vivencia personal, sin estimular, sin recoger lo que estas vivencias de unos producen en otras sensibilidades. En mi caso este efecto expansivo de las percepciones lo reconozco a partir de mi experiencia con la covisión método desarrollado por el Dr. Kesselman, que tiene como base la multiplicación dramática, una creación conjunta con el Dr. Eduardo Pavlovsky. Y a través de este método participamos de un ejercicio de resonancias a partir de la escenificación de una situación que nos captura, nos inmoviliza en la vida personal o profesional. Se necesita alguien que sea capaz de percibir, de exponerse en el propio cuerpo y de encontrar el puente que lo transforme en una experiencia para otros. Los afectos tampoco los identifica Deleuze con los sentimientos o afecciones, aunque atraviesen esos territorios, sino con la producción de estados independientes de quien los registra, aunque surjan de ellos. Entonces, este es un camino posible para que nuestras sensaciones, percepciones, afecciones no mueran en nosotros, sean transmisibles, sirvan a esta micro biopolítica que intentamos desarrollar.

Las crisis de la sensibilidad. Lo local, lo global, lo corporal. 

La palabra crisis es el cliché de nuestros tiempos. Se trata de la crisis del capitalismo, un sistema que sin duda está en crisis, una crisis de cuya existencia oigo hablar desde hace tanto tiempo que no sé si es un deseo o una realidad. Se trata de la crisis del euro, moneda cuyo valor es capaz cada vez más gravoso También de la crisis del dólar, de cómo la población mundial se está volcando al oro Y pienso en el chileno del oro que me regaló papá, aquel que guardé tan cuidadosamente y que ahora no encuentro Pero atentos, además se trata de la crisis de la democracia Cada vez votan menos personas y votan muchas muy susceptibles a la manipulación. Y por eso algunos resultados electorales. Se trata de la crisis de la bolsa, de valores, que no posee ninguna acción. Me siento atemorizada por las cifras que se anuncian. En el tema de las bolsas emerge también el negro. El lunes negro, el jueves negro… nada es más negro que el humor de los inversionistas


El vocabulario de los medios. 

Por otro lado, se abren ondas heridas en nuestros cuerpos sensibles a partir del vocabulario que utilizan los medios de comunicación, en especial durante los periodos preelectorales. Valga el ejemplo para la experiencia reciente en Argentina, un vocabulario que es naturalizado y propagado en forma de rizomas. Las palabras de algunos medios gráficos y audiovisuales resuenan en nuestros cuerpos, en nuestro sistema nervioso, en nuestros cerebros, produciendo temores, inseguridad, tristeza, rabia, incertidumbre. Derrumbe, catástrofe, crece el conflicto, la imparable violencia sindical, el caos, la mala racha, la alegría que intenta atenuar la derrota, alerta por lo que se viene, gran fuga de capitales, crisis que se agravan, un poco más de duelo, ideologismo hueco, maquillar la grisura, relato, haciendo agua, destrato institucional. Violación de la veda. Crece el miedo. Por la economía, la crisis, está contagiando y no hay vacunas. La peor jornada, la posibilidad de una nueva recesión. Mi cuerpo enfermo no resiste más. Entonces cierro el periódico. No quiero seguir leyendo. No quiero enterarme de cómo va el mundo. Ese es mi daño en el tono caigo así en el estado erizo.

Del estado erizo a la anorexia sensible. Vuelvo a un viejo texto de mi autoría. Denomino estado erizo a un tipo de trastorno de la sensibilidad a una herida en el tono vital, en el sistema nervioso. Estado que observo tanto en mi práctica clínica como en mi vida cotidiana, que se produce en nombre de un derecho. Para vivir más feliz, al menos con menor sufrimiento. Hay expresiones de este estado en el lenguaje. Las personas dicen filtrar, rebotar, pasar de, respecto de estímulos que consideran negativos, modos de decir que existe una realidad insalubre, ante la cual es conveniente defenderse retrayéndose. Esta acción construye una coraza que suele ser un exceso de defensa, se crea así un estado erizo, un no psicológico y socialmente valorado como sano que por un lado protege al ser sensible y por el otro disminuye la potencia de los receptores necesitados de alimento para continuar desarrollando la vida y desplegar los potenciales creativos.

 


He encontrado en Eche Homo, suerte de manual del hombre sabio escrito por Nietzsche, algunas expresiones que enriquecen este concepto, separarse de aquello a lo cual haría falta decir no, una y otra vez. Los gastos defensivos, incluso los más pequeños, si se convierten en regla, determinan un empobrecimiento extraordinario. El rechazar, el no dejarse acercar a las cosas, es un gasto, una fuerza derrochada en finalidades negativas. Por la continua necesidad de defenderse, puede uno volverse tan débil que ya no pueda defenderse. Tener púas es una dilapidación, incluso un lujo doble, cuando somos dueños de no tener púas, sino manos abiertas.

 



*Algunas ideas para reinventar la sensibilidad. 


1. Hacernos de cuerpos que surfeen en aguas mansas, que puedan transformarse en tsunami.

 2. Aprender a desequilibrarse, un arte que necesita una práctica y una creencia. 

3. Ser cartógrafos, dibujar el territorio mientras lo recorremos, en un mundo de geografías internas y externas cambiantes.

 4. Cuidarse de los micro fascismos, en nos, cada uno el que le toca. 

5. Hay cambios que no nos sorprenderían si le diéramos más lugar a nuestro cerebro primitivo.

 6. No solo se transforma la sociedad, sus valores, las ideas que lo sustentan, sino también la sensibilidad para registrar esos cambios mientras van sucediendo. 

7. Alertas que no interfieran en el proceso de flexibilización de nuestros cuerpos y de nuestras mentes. 

8. Rizomatizamos con los que piensan y sienten de modo similar a nosotros sin concesiones 

9. Estar abiertos a quienes piensan diferentes sin concesiones 

10. Cuidarnos del daño que hiere la sensibilidad de modos imperceptibles, sin violencia visible, sin huella a la vista. 

11. Las palabras son como flechas. No son ni buenas ni malas, pero algunos arqueros pueden disparar flechas envenenadas. Es posible usarlas en otras frases. 

12. Cuidarnos de la adicción a la identidad es un ancla que nos impide devenir en otros ser personajes en los sueños de otros. 

13. Los ritornelos son trucos, pasos de baile, gestos que nos ayudan a fugar hacia otros territorios cuando hemos cerrado el nuestro 

14. Los territorios no son solo geográficos, sino también corporales, afectivos, mentales 

15. Oigamos la irritación, el enojo, la rabia. Por lo general son avisos que el daño en nuestra tonicidad no fue registrado en el momento en que fue producido."

 

 

 


 

 


 

Susy Kesselman

Para la Revista Kiné, “La revista de lo corporal”. Edición 168 – Agosto 2025.








*Susana Kalkiner Kesselman es Licenciada en letras, Psicóloga social, especialista en temas sociológicos y biopolíticos. Es además eutonista, psicodramatista,  corpodramatista, terapeuta corporal, escritora, filósofa de la vida y poeta de las letras...

Con una trayectoria docente extensa, he realizado publicaciones de numerosos textos y artículos en medios nacionales e internacionales, en especial en Télam, en Revista Topía, en Campo grupal,  y en la Revista Kiné de lo corporal, en la que ha publicado por más de 30 años. Escritoras de varios libros que ya son un clásico del saber "Corporal", como ser "Pensamiento Corporal", "Dinámica Corporal", "Diálogos sobre lo corporal" -Con Susana Volosín-.  "Sueños en Talloides", "Cómo afinar el cuerpo sin ir a California" "Música y Eutonía, - en co-autoría con Violeta de Gainza, y "Corpodrama", en co-autoria con su compañero de toda la vida el Dr. Hernán Kesselman, con quien fundó la práctica de un corpodrama sensible. 

Tiene una novela muy especial con elementos autobiográficos "La Sudaca". Varias publicaciones acerca del exilio, tema que vivió en carne propia junto a su familia, en las tristes épocas de dictadura argentina.

Es directora de la colección "Cuerpo, Arte y Salud".

Gran maestra, con mucha amabilidad accedió para realizar esta publicación. Susana continua brindando su enseñanza desde una eutonía renovada, que se reinventa, y encuentra su praxis y basamento en lo transdisciplinario y la múltiple complejidad vital y existencial que atraviesa al ser humano y el mundo.    

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